Descripción
El dibujo es para mí el único método de rescatar ideas que están dentro de mí para poder traerlas al plano consciente, ordenarlas y darles forma
Esta obra es una reinterpretación de la idea que subyace en un autorretrato realizado en 1967 por el arquitecto de la famosa ópera de Sydney, Jørn Utzon. Con este sencillo pero metafórico esbozo, él nos hablaba de la importancia del dibujo en los procesos creativos. Yo he querido plasmar mi visión personal de cómo pudo imaginar una de sus obras más icónicas.
En mi composición, he querido diferenciar tres regiones. La primera, en la parte superior derecha, muestra al individuo consciente con un fondo rayado que representa el entorno con sus distracciones cotidianas, y en el que tiene puestos sus sentidos: olfato, vista y oído.
La segunda, representada con un fondo blanco total, se centra en el proceso creativo y en el plano subconsciente, comenzamos a ahondar en nuestras cabezas. No necesitamos de nuestros sentidos: los ojos están tapados, la boca permanece muda y los pensamientos comienzan a fluir.
La tercera, que recorre toda la parte izquierda e inferior de la composición, representa el mundo platónico de las ideas. Los pensamientos desordenados fluyen a su antojo, y solo nuestras propias manos, mediante el lenguaje del dibujo, pueden actuar como hilo conductor para materializarlas y llevarlas al plano consciente.