Descripción
Cuando hablamos de un surfista a todos se nos viene a la mente la típica imagen en la que el sujeto se encuentra dentro del tubo que provoca la ola. Esta maniobra es propiamente dicho, un tubo, y es diríamos la más complicada de llevar a cabo ya que entra en juego, la habilidad y el azar del mar que nos permita entrar o no y permanecer unos segundos absortos dentro de él.
En la jerga del surf entrar en una de estas maravillas de la naturaleza que nos regala el mar también se le llama entrar en la habitación verde, y esta metáfora es la que he querido representar en mi obra llevándola al límite. El concepto arquitectónico de “habitación” se funde en una sola imagen con esta otra idea. En ella podemos ver elementos figurativos como paredes suelo o techo, pero si comenzamos a fijarnos, el papel pintado de la pared ya nos anuncia que nos encontramos en un entorno marítimo, las cortinas pasan a ser la espuma de ola y finalmente en la pared frontal, el elemento principal donde humano y naturaleza se funden. La surfista se encuentra ciega en este punto y el único ojo que podemos ver es en realidad el del mar permitiéndole disfrutar de ese instante, bañada por un cálido rayo de sol que atraviesa el lienzo.
