Descripción
Este paisaje surge como resultado de un encargo donde la idea original era hacer un paisaje sencillo de un lugar con muchísimo encanto y muy especial para la persona a la que va dedicado. Tras reflexionar sobre cómo podría representar a través mi visión personal un paisaje de estas características, donde confluyen naturaleza y arquitectura, centrarme en el concepto de la obra, y empezar desde ahí, fue lo que me ayudó a moldear la idea.
Tras ver diferentes encuadres en múltiples visitas al lugar en cuestión y su entorno ( Alcalá de los Gazules ) me percaté de que visto desde cierta distancia los diferentes “cubitos” que conforman la masa arquitectónica pareciese que estuvieran colgados o flotando apilándose unos sobre otros, como los juguetes de las cunas de los bebes donde diferentes figuras levitan y revolotean al son de la música. Este fue el detonante para la metáfora donde el pueblo simboliza la cuna y los diferentes cubos flotantes representan el alma del pueblo que lo vio crecer. Haciendo además un guiño a la infancia de todas aquellos Alcalaínas y Alcalaínos que han disfrutado de todos los rincones de este maravilloso lugar considerado uno de los mas bellos “pueblos blancos” de Andalucía.
El cielo como telón de fondo fragmentado geométricamente representa todos los días, las noches, los atardeceres y amaneceres que allí acontecen. Las dos grandes montañas que franquean el pueblo literalmente nos hablan gracias a la increíble colaboración del poeta y artista, integrante del grupo musical “ El huerto de Ataecina” J.
Al igual que en anteriores obras como “Oniric dream I, Buu” podemos ver de nuevo la aparición de composiciones geometrizadas donde prima el contraste de zonas muy trabajadas con otras mas grotescas. Las texturas y la perspectiva ayudan a generar una sensación de profundidad y tridimensionalidad donde parece que ciertos elementos salieran del lienzo.